Libre ...

Esta mañana me desperté tarde, como siempre en verano, tenia las persianas bajadas y las ventanas cerradas en todo el ranchito, porque me había acostado cerca de las 6 de la mañana, aquí donde vivo en el Sur de Andalucía, todo el mundo sabe que hace un calor en el verano que da la sensación de que te vas a derretir de un momento a otro, así que aprovechando que soy un noctambulo empedernido y que empieza a refrescar con la puesta del sol, desde poco antes de ese momento, tengo todas las ventanas abiertas para conseguir una temperatura dentro de la casa de unos 22 grados sobre las 5,30 de la mañana, y a esa hora cierro todas las ventanas, bajo las persianas , corro las cortinas y me acuesto.

De esa forma logro que hasta las 5 o 6 de la tarde tenga una temperatura dentro de casa de máximo, unos 29 ó 30º hasta 10º menos que afuera, el fresco se conserva gracias al aislante térmico que hay en paredes y techo, si se iguala la temperatura del interior con el exterior, que casi nunca sucede, abro todas las ventanas y así sucesivamente, todos los dias hasta que terminan las torridas temperaturas. De esta manera se puede soportar el calor del verano bastante bien, sin aire acondicionado, solo con mis ventiladores de techo, y además disfruto de mi confesado vicio, de ser un noctámbulo empedernido. Ustedes ya saben que vivo en el campo y que obtengo la electricidad que generan mis placas solares y generador eólico, y "de momento" no tengo aire acondicionado pero todo se andará.

Al despertarme, en mi cama, totalmente desnudo, con una sensación de frío que me obligó a cubrirme con la sabana, en la medida que iba percibiendo la claridad atenuada por las persianas y me retorcía perezosamente, percibí una sensación de bienestar, de placer, de paz, y sobre todo me sentí LIBRE, sin ataduras, como siempre he querido vivir, vivo, contento de vivir, y me vino a la mente esta letra de la canción que les pongo del gran Nino Bravo, que tanto me gusta: Libre.
Mentalmente, escuchando la canción, agradecí a la vida lo buena que era conmigo permitiéndome ser razonablemente feliz, aparté la sábana, abracé la almohada y embargado de sensaciones tan agradables, me dormí de nuevo sintiéndome LIBRE y feliz.

Tiene casi veinte años y ya está
cansado de soñar,
pero tras la cementera está su hogar,
su mundo, su ciudad.
Piensa que la alambrada sólo es
un trozo de metal,
algo que nunca puede detener
sus ansias de volar.

Libre,
como el sol cuando amanece,
yo soy libre como el mar...
...como el ave que escapó de su prisión
y puede, al fin, volar...
...como el viento que recoge mi lamento
y mi pesar,
camino sin cesar
detrás de la verdad
y sabré lo que es al fin, la libertad.

Con su amor por montera se marchó
cantando una canción,
marchaba tan feliz que escuchó
la voz que le llamó,
y tendido en el suelo se quedó
sonriendo y sin hablar,
sobre su pecho flores carmesí,
brotaban sin cesar...

Libre,
como el sol cuando amanece,
yo soy libre como el mar...
...como el ave que escapó de su prisión
y puede, al fin, volar...
...como el viento que recoge mi lamento
y mi pesar,
camino sin cesar
detrás de la verdad
y sabré lo que es al fin, la libertad.