Desde hace unos días, cuando iba en el coche, la gente me hacia señas raras que no entendía, incluso en la autopista se ponían paralelos a mi coche y me hacían muecas, se esforzaban en hacer gestos con las manos que me dejaban alucinado, no entendía nada, hasta que por fin, un día que había estado de paseo por la Sierra de Aracena con una amiga, al llegar al pueblo de regreso, paré el coche y lo revisé por fuera, enseguida vi lo que me querían decir la gente con sus gestos y muecas de lo mas pintorescos, los pilotos de las luces de la marcha atrás, sin estar ésta metida, estaban siempre encendidas, eso llama mucho la atención de noche al ser blancas, incluso deslumbra al conductor que viene detrás, además extraña que se enciendan cuando no vas en retroceso e ir circulando hacia adelante de ahí que me avisaran con tanta insistencia e interés... :)
Poco a poco una idea me venia a la cabeza inquietándome, ya me empezaba a temer que había un cortocircuito, eso no lo cubre la garantía y suele costar una pasta la reparación porque es muy engorroso arreglarlo cable por cable, suelen ser muchos y revisarlos uno a uno una vaina, ya en una ocasión en el otro coche los ratones preciosos de campo, como este de abajo, me formaron una que me costó una pasta gansa la reparación y casi sale ardiendo el coche, falto muy poquito.
Pero no, esta vez los ratones eran inocentes ¡HABÍA SIDO EL CONEJO DE LA FOTO! al muy cabrón lo encontró el electricista vivito y coleando en mi coche zampándose cuanto cable encontraba, por lo visto el tío había convertido la tapa que protege el cárter, en su hogar, osea que el muy cabrón ni se bajaba del coche cuando yo lo ponía en marcha, cosa que si hacían los ratones en el otro coche porque yo los vi apearse a toda prisa al encender el motor, pero este cabroncete que vivía entre el cárter y la tapa, fuera del motor, estaba tan cómodo y seguro, el tipo estuvo visitando toda la Sierra de Huelva con nosotros y regresó sin novedad al ranchito, haciendo turismo gratis el muy sinvergüenza y mientras nosotros comíamos en un restaurante, el se zampaba sus cables preferidos, el muy canalla.
Con el taller negocié pagarle con el conejo y 43,65€ la reparación. Lo malo es que ahora tendré que planificar la reconstrucción de mi garaje de manera que no puedan entrar roedores dentro del coche que por lo visto les encanta roer y comerse los cables que pillan y vivir en el, en la foto de mas arriba se puede ver como dejan los cables, aparte de otras piezas de conexiones que se zampó estre truán, y podía haber sido peor si se juntan los cables pelados y un circuito incendia el coche conmigo y cualquiera que viniera dentro, ya veis que vivir en el campo tiene sus riesgos, antes los gorriones y ratones y ahora el conejito lindo... :(