
Si amigos, desde que Silvia estuvo aquí y cocinó su sensacional paella, prometió que volvería al ranchito para preparar una Fideguá, también plato típico de Valencia pero menos internacionalmente conocido que la paella, pero no por eso menos delicioso.
Prometió que volvería antes de fin de año. Yo inicié una campaña sin descanso de mails con ella tratando de que no esperara demasiado y al mismo tiempo ir construyendo una amistad muy especial entre ambos, Silvia acepto el reto con agrado, fuimos intercambiando correos, diariamente, e incluso, varios al día últimamente.
Finalmente, me dijo que vendría el Martes pasado, Silvia siempre cumple su palabra, y yo estaba temiendo que con mi inoportuna enfermedad tuviéramos que cancelar la cita, en realidad temía mas esto que a mis dolencias.
Finalmente, me puse bien, y Silvia se presentó el Martes, radiante, como siempre está ella, en el Ranchito, cargada con todo lo necesario (Y mas) para cocinar la famosa Fideguá. Pero Murphy es mucho Murphy con su ley. Silvia recibe una llamada comunicándole el fallecimiento del padre de una buena amiga de años, y Silvia tiene que marchar para asistir al entierro que se celebraba a mas de dos horas del Ranchito a las 4pm. Ambos estábamos desolados, la obligación manda.
De repente, Silvia me mira a los ojos y me dice," tu te vienes conmigo, te dejo en mi casa, vas pelando las gambas y preparamos la fideguá como estaba planeado, solo que en mi casa", al segundo siguiente ya estaba preparando el atillo saltar al coche de Silvia y poner rumbo a su pueblo a dos horas y pico de autopista.
Habiamos derrotado al pavoso del Murphy ese cabrón...jajajaja
Y tal como planeó, me dejó en su casa, con sus 7 perros, que en su día fueron recogidos de la calle (Silvia es así, trabaja voluntaria en una protectora de animales y hace cosas del todo increíbles) Así que salió disparada para cumplir con el padre de su amiga en el cementerio, cuando regresó a su casa,
ambos estábamos hambrientos, y una amiga que llegó a ayudar a limpiar los restos de una verdadera tropa que habían pasado parte de sus vacaciones en la casa-pensión Silvia...jajajaja y también se apuntó a la Fideguá, bien regadita con vino, estaba deliciosa, para rechuparse los dedos.
Me acordé del refrán, "El muerto al hoyo y el vivo al bollo" y que cierto que es.
Para los que no entienden demasiado de esta cocina, como yo, les diré que la Fideguá es como la paella, pero en lugar de carne de pollo, gambas y chocos, y en lugar de arroz, fideos...jajajaja O sea que solo se parecen porque ambas están riquisimas...jajajajaja
Así que de Miércoles a Viernes que me regresó a mi ranchito de camino a intentar que adoptaran en Sevilla unos perritos que llevamos con nosotros, estuve en casa de Silvia, despedida rápida, yo me quedo en mi ranchito ya echándola de menos y pensando que cuando la volveria a ver...
Ustedes comprenderán, que a una persona como Silvia, no tarda uno en querer, y quisiera tenerla a menudo a su lado, pero la vida es como es, y hay cosas que no se pueden conseguir siempre.
Muchas gracias preciosa, por tu generosidad, por tu cariño, por tu derroche de simpatia conmigo, por hacer que lo pasáramos tan bien. Espero verte pronto, a mi regreso de Bruselas, para contarte todo lo que allí suceda, ¿Que nos zamparemos esta vez Silvia ? jajajaja
Eh! no me riñan, que a ustedes también les quiero y se lo contaré todito...jajajajaja
Tampoco hemos sacado fotos esta vez, lo dijimos un montón de veces, pero Silvia y yo, también coincidimos en que somos muy despistados y se nos olvida todo, voy a buscar en Google una foto de Fideguá.
Bien, ya saben que entre mi enfermedad y los eventos que acabo de narrar, han sido la causa de que estuviera alejado de sus casas, cosa que voy a seguir por algún tiempo porque como ya les comenté, en pocos dias vuelo a Bruselas, pero algún ratico me paso por sus casitas, seguro. Ustedes me perdonarán, y estarán contentos, porque Silvia me ha hecho muy feliz. Les quiero.