Siempre que se acerca la Navidad, todos los años, desde que recuerde, no lo puedo evitar, me acuerdo de los "sin techo". Trato de alejar el pensamiento, porque sé que me va a hacer sufrir, pero no puedo, una y otra vez vuelve a mi mente.
Recientemente leia que se calcula que en España hay unas 30.000 personas que no tienen un hogar . Los hay con estudios, alcohólicos, enfermos, de todas las condiciones, pero tristemente cada vez mas se incorpora a este ejército de pobres, el inmigrante, una figura que antes no había.
Y es que en estos países llamados del primer mundo, cada vez es mas difícil y mas caro encontrar una vivienda a precios asequibles. Hay pisos que se alquilan y son compartidos por hasta 15 personas que pagan unos 100 Euros por mes y persona. Unos alquilan espacio a otros para que pongan su camastro o colchón.
Pero es muy difícil ya, encontrar estas viviendas, que a veces no lo son, son simplemente locales sin ningún tipo de servicios, que no están autorizados para vivienda. Y cuando ya ni siquiera pueden encontrar o pagar estas infraviviendas sin mas remedio, se convierten en sin techo.
Este recuerdo se me ha hecho mas lacerante aún porque viendo un programa de tv en el que entrevistaban a estas gentes, increíblemente, se mostraban felices, porque a pesar de no tener una casa en que dormir, no les faltaba la comida, cosa que en sus países de origen era lo contrario, tenían casa, pero no comían todos los días...
Otros, decían que no pagaban el alquiler de una casa, porque este dinero lo enviaban a sus países de origen para ayudar a sus familias. Hablamos de gente que muchas veces provienen de países de clima tropical, que no están acostumbrados a nuestro clima, como ocurre con africanos y nuestros hermanos latino americanos, gente que incluso en algunos casos trabaja, pero que están en la calle voluntariamente y el alquiler que tendrían que pagar se lo ahorran para enviar todo el dinero que puedan a sus familias.
Venia de leer en blogs amigos como preparan sus navidades, y una Navidad mas, o cuando ésta se acerca, me vino la conocida desazón de pensar en los sin techo.
Sin embargo, me alegro tanto de que yo no conozca a ningún "sin techo"personalmente, que todos mis amigos y conocidos se preparen para festejar con sus familias unas felices Navidades, y de ver la excitación que ya empiezan a tener esos niños con suerte, que ni siquiera lo saben, porque para ellos es normal pasar unas felices Navidades en sus casitas confortables, llenos de regalos de sus seres queridos.
Solo espero que los sin techo, aunque sea solo por unos días, tengan una Navidad feliz y muy pronto tengan su casa para vivir dignamente.