sábado, 29 de julio de 2017

Una triste tragedia, que terminó bien...

Yo no soy buen cocinero, ni siquiera regular, y como vivo solo, (todavia) estoy obligado a cocinar para sobrevivir, como todo hijo de vecino, me encanta la empanada de atún y llevo tiempo acariciando la posibilidad de hacer una empanada de atún yo solito, ayer me decidí, y dicho y hecho, me puse manos a la obra y esto fue lo que salió...
 Así es como me quedó la empanada lista para meter en el horno, la receta que usé y que os recomiendo, está en este blog, yo soy muy metódico y como no tengo ni idea, necesito que me digan absolutamente todos los detalles, hasta el mas tonto  que le puede parecer a cualquiera que sepa cocinar, pero para mi es importante,  y en ese blog lo explican de maravilla. La masa no la amasé yo, la compré hecha en Mercadona, ya la había probado en una empanada que hizo la vecina y estaba buena, pero no descarto hacer algún dia la que dicen en el blog, parece muy fácil.
 Y aquí está la empanada recién sacada del horno, una pinta perfecta, el relleno que ya había probado antes,  estaba para chuparse los dedos, quedó genial, así que la dejé enfriar al natural, para zamparme un buen trozo para cenar, se me caía la baba solo de pensarlo, el éxito era total, estaba emocionado,  y el Rioja estaba ya a temperatura ideal, apenas podía esperar a que se enfriara  la empanada para que estuviera en el punto que me gusta comerla...
 Pero...la tragedia se cernía oculta  debajo de la empanada, la capa de abajo, como podéis ver, estaba totalmente carbonizada, la cosa es que no me di cuenta hasta que corté el primer trozo, no me lo podía creer ¿Que podía haber pasado si yo lo hice todo siguiendo las instrucciones? Es cierto que mientras se horneaba salió humo, pero como yo la miraba y la veía sin hacer cogiendo color, pensé que el humo era del papel que viene con la masa, y era así, pero no solo el papel se quemaba...jajaja
Pues lo que pasó fue una estupidez,  es que recomendaban poner la bandeja en el primer raíl del horno que para mi era el primero a contar por la parte de abajo, la mas cercana al fuego, y la cosa está muy clara, el primero es empezando a contar por arriba, por la parte mas alejada del fuego.

Me sobrepuse a la tristeza que me embargaba, de ver la empanada tan preciosa, con el hambre que yo tenia, que me puse a ver si le podía hincar el diente de alguna manera visto que por arriba decia ¡cómeme! ¡Y valla que se podía! Todo lo que había que hacer era meter la paleta separando la capa en contacto con la bandeja y quedaba limpia y perfecta para zampar, me comí el primer trozo con precaución, por si estaba chungo, y ...¡Que va! estaba delicioso, la mas rica empanada que he comido nunca, en parte claro,  porque la había hecho yo...jajaja El caso es que me la zampé enterita acompañada de la botella de Rioja, al terminar, hice un hueco en la tierra del jardín, y le di sepultura a todo lo que veis en la bandeja, fue lo que no era comestible,  a esta hora, apenas he bebido un café por la mañana, son las 20 casi, del dia siguiente y todavia, desde anoche, no tengo hambre...jajajaja

lunes, 3 de julio de 2017

¡Una gente maravillosa!

Voy a reproducir un artículo del País cuyo contenido es mas que suficiente para que sin conocer a nadie os emocionéis, como me ha pasado a mi,  con esta gente que no van por la vida dándoselas de héroes, pero que lo son. Me refiero a lo que en dias pasados sucedió en el entorno en que yo vivo,  el Parque Nacional de Doñana, que estuvo a punto de ser devastado por las llamas, al final se quemaron unas 8.500 hectáreas  antes de alcanzar al parque, que se salvó,  logrando salvar también "islas" que estando dentro del fuego,  quedaron sanas, sin arder,   2.000 hectáreas en total salvadas de dentro del fuego y que se daban por quemadas,  gracias a la profesionalidad y al heroísmo de muchos, de eso va este artículo:

"El factor humano ha sido la clave del incendio controlado este martes a las puertas del Parque Nacional de Doñana, uno de los espacios naturales más sensibles de Europa, junto a dos núcleos costeros con más de 60.000 personas, al margen de un entorno agrícola fundamental para Huelva y a pocos kilómetros de unas de las mayores refinerías de España. Los bomberos, el buen comportamiento de los afectados y la solidaridad vecinal hicieron posible el milagro: ninguna víctima.



Al polvorín de Doñana se han enfrentado turnos de 300 personas durante 60 horas sin descanso hasta doblegar las llamas y confinarlas en el perímetro menos dañino.
"El primer objetivo fueron las personas", explica el director del centro operativo de Infoca en Huelva, José Antonio Martínez, satisfecho al ver que este martes se desmantelaba casi todo el dispositivo y los desalojados volvían a sus casas. Así, los primeros esfuerzos el sábado por la noche y el domingo se dirigieron a las zonas pobladas, los hoteles de Mazagón y los campings.
“La presencia de personas ha sido lo que más ha complicado el trabajo porque eran la prioridad y condicionaba la lucha contra el fuego”, comenta Francisco Vera, un integrante de las brigadas tras abandonar la zona afectada.
“El incendio era de mucha virulencia, y tras salvaguardar a la población, las prioridades se centraron en confinar el fuego para que no llegara a Matalascañas ni al Parque Nacional de Doñana”, añade Martínez.
En ese momento, todos los dispositivos contra incendio de la provincia se habían personado voluntariamente en el centro de control para trabajar y en los albergues de Moguer y Almonte, donde se resguardaron más de un millar de los 2.000 desalojados, no cesaban de llegar vecinos ofreciendo colchones, mantas y comida. “Se llegaron a hacer 1.500 bocadillos en unas horas”, relata una trabajadora del polideportivo de Moguer, adonde llegaron kilos de pan de una población cercana.
El domingo, cuando las previsiones eran las peores de las posibles, ya se habían adelantado retenes de todas las provincias andaluzas y se habían metido de lleno en el fuego. El de Granada, como el del resto de provincias, no quiso parar hasta que, por su experiencia, sabían que habían ganado la batalla.

La presencia de los bomberos fue fundamental la noche del domingo, cuando la temperatura bajó y el viento, al amainar, dejó de mover las llamas como si fuera una ruleta. “Esa segunda noche las condiciones cambian y fueron perfectas para atacar directamente las llamas con maquinaria y personal terrestre”, recuerda Martínez."
Yo estuve durante unas angustiosas horas vigilando,  con mi coche listo para salir zumbando, el viento cambiaba de dirección a cada rato y era muy fuerte, me llamaron para avisarme que el fuego corría desbocado en esta dirección, aunque todavia estaba lejos, todos estabamos pendientes de que amainara el viento, de lo contrario había que salir chutando, no tardaría mucho en estar ardiendo esto,  y amainó, bajaron también las temperaturas y subió la humedad, inmediatamente aprovecharon para hacerse con el control y después de dias de trabajos, estos profesionales como la copa de un pino, nunca mejor dicho, apagaron el fuego, sin victimas y sin que llegara al Parque.

Si queréis saber mas cosas de última hora, clic aquí
¡Muchas gracias a todas estas heroicas y anónimas personas! Y a todas las que  sabiendo donde vivo, os pusisteis en contacto conmigo interesándoos por como estaba yo 😘😘