Mis hermanos, que son unos buenos cocineros, con sumo gusto, no solo me dieron la receta con todos los consejos necesarios para asegurar un resultado óptimo con todo lujo de detalles, también me llevaron a comprar todos los ingredientes de primerísima calidad en un pueblo llamado Grado cerca de Oviedo, en una tienda de su confianza en la que ellos compran los ingredientes siempre que vienen de Bruselas a pasar unos días de asueto, para luego hacer la fabada a su regreso, el aspecto de todo era excelente, "les fabes" excepcionales y el compango, lacón, chorizo de dos tipos, tocino y morcilla lo perfumaban todo, cuidadosamente lo envasaron todo al vacío para el viaje y que estuvieran frescos el día de cocinarlo todo.
La señora que nos atendió en su puesto del mercadillo de Grado, nos dio todo tipo de consejos pero finalmente optamos por seguir al pie de la letra la receta de mis hermanos, el resultado fue sencillamente sublime, Joaquina se superó y todos nos quedamos asombrados cuando empezamos a saborear tan delicioso plato que podéis ver en la foto justo antes de servirlo, sinceramente, la mejor fabada que he comido jamás, lo mismo han pensado los comensales que tuvimos la suerte de compartir mesa y que veis en la segunda foto, menos a mi que la sacaba , Joaquina, la excelente cocinera y amiga, preside la mesa. Aún sobraron varias raciones de las que dimos cuenta al día siguiente algunos afortunados, entre los que por casualidad me encontraba de nuevo...jajaja
Y con estas cosas sencillas, entre amigos, pasan las nostalgias, las tristezas de todo tipo y se fomenta el deseo de vivir... :)