EDITO: La foto del momento, cortesía de "El Desclasado", gracias amigo en nombre de todos.
A continuación pego una historia real que acaba de suceder recientemente, me gustó mucho cuando la leí hace un par de días en el blog de"El Desclasado" que escribe así:
Aquí tienen la próxima columna de Reverte que saldrá el 12 de septiembre. Pura literatura de guerra. Bonita, sí.
UNA HISTORIA DE GUERRA
Arturo Pérez Reverte
XLSemanal, 12 de Septiembre de 2010
Alguien escribió en cierta ocasión que si una historia de guerra parece moral, no debe creerse. Y alguna vez lo repetí yo mismo. Pero eso no es del todo verdad. O no siempre. Como todas las cosas en la vida, la moralidad de una historia depende siempre de los hombres que la protagonizan, y de quienes la cuentan. Ésta de hoy es una historia de guerra, y quiero contársela a ustedes tal como algunos amigos míos me han pedido que lo haga. La moralidad la aportan ellos. Yo me limito a ponerle letras, puntos y comas.
Base de Mazar Sharif, Afganistán. Cinco guardias civiles, de comandante a sargento, perdidos en el pudridero del mundo, formando a la policía afgana. Cinco guardias de veintidós llegados hace cinco meses y medio, desperdigados por una geografía hostil y cruel, en misión de alto riesgo, en una guerra a la que en España ningún Gobierno llamó guerra hasta hace cuatro días. Los cinco de Mazar Sharif, como el resto, eran gente acuchillada, porque lo da el oficio. Sabían desde el principio que a la Guardia Civil nunca se la llama para nada bueno. Y menos en Afganistán. Si lo que iban a hacer allí fuera fácil, seguro, cómodo o bien pagado, otros habrían ido en vez de ellos. Aun así, lo hicieron lo mejor que podían. Que era mucho. Atrincherados en una base con americanos, franceses, holandeses y polacos, vivían con el dedo en el gatillo, como en los antiguos fuertes de territorio indio. Igual que en los relatos de Kipling, pero sin romanticismo imperial ninguno. Sólo frío, calor, insolaciones, sueño, enfermedades, soledad. Peligro. Los únicos cinco españoles de la base, de la provincia y de todo el norte de Afganistán.
Ellos y sus compañeros habían llegado a la misión tarde y mal, aunque ésa es otra historia. Que la cuenten quienes deben contarla. Aun así, con la resignada disciplina casi suicida que caracteriza al guardia civil, se pusieron al tajo. Como era de esperar, no encontraron la mesa puesta. Quien estuvo por esos mundos con militares norteamericanos, holandeses y franceses, sabe de qué van las cosas. Sobre todo con los norteamericanos, que tienen a Dios sentado en el hombro como los piratas llevan el loro. Para hacerse un hueco entre sus aliados, distantes y despectivos al principio, no hubo otra que la vieja receta de Picolandia: aprender rápido, trabajar más que nadie, no quejarse nunca y ser voluntarios para todo. Y por supuesto, tragar mierda hasta reventar. Y así, a base de orgullo y de constancia, poco a poco, los cinco hombres perdidos en Mazar Sharif se hicieron respetar.
Un triste día se enteraron de la muerte de sus dos compañeros en Qualinao. De la pérdida de dos guardias civiles de aquellos veintidós que llegaron hace medio año, y de su intérprete. Y pensaron que el mejor homenaje que podían hacerles era que la bandera norteamericana que ondea en la base fuese sustituida, aquel día, por la española a media asta. Eso no se hace allí nunca, aunque a diario hay norteamericanos muertos, los franceses sufrieron numerosas bajas, y también caen holandeses y polacos. Así que el jefe de los guardias civiles, el comandante Rafael, fue a pedir permiso al jefe norteamericano. Accedió éste, aunque extrañado por la petición. Saliendo del despacho, el guardia civil se encontró con el jefe del contingente francés, quien dijo que a él y a sus hombres les parecía bien lo de la bandera. En ésas apareció otro norteamericano, el mayor James, que nunca se distinguió por su simpatía ni por su aprecio a los españoles, y con el que más de una vez hubo broncas. Preguntó James si los muertos de Qualinao eran guardias civiles como ellos, y luego se fue sin más comentarios.
A las ocho de la tarde, cuando fuera de los barracones apenas había vida, los cinco guardias se dirigieron a donde estaba la bandera. Formaron en silencio, solos en la explanada, cinco españoles en el culo del mundo: Rafael, Óscar, Rafa, Jesús y José. Cuando se disponían a arriar la enseña, apareció el teniente coronel francés con sus cuarenta gendarmes, que sin decir palabra formaron junto a ellos. Luego llegaron el mayor James, el teniente Williams y veinte marines norteamericanos. Y también los polacos y los holandeses. Hasta el pequeño grupo de Dyncorp, la empresa de seguridad privada americana destacada en Mazar Sharif, hizo acto de presencia. Todos se cuadraron en silencio alrededor de los cinco españoles, que para ese momento apretaban los dientes, firmes y con un nudo en la garganta. Y entonces, sin himnos, cornetas, autoridades ni protocolo, el capitán Rafa y el sargento José arriaron despacio la bandera. Una historia de guerra nunca es moral, como dije antes. Si lo parece, no debemos creerla. Pero a veces resulta cierta. Entonces alienta la virtud y mejora a los hombres. Por eso la he contado hoy.
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Que descansen en paz todos los muertos.
ResponderEliminarLos afganos y los extranjeros que van allí todavía no sé porqué.
Saludos.
Para mí es una historia triste y fraterna
ResponderEliminarSalud
Ya la lei, en el blog que tu nombras.
ResponderEliminarY es preciosa.
También la leí en el blog del Desclasado, y me impresionó, así como tantas entradas suyas. Es una persona a la que sigo con mucho interés desde que participara en el primer concurso de María Jesus. Un abrazo.
ResponderEliminarPrecioso, me llegó al corazón. ¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!
ResponderEliminarBESITOS Y SALUD DESDE LA JACETANIA.
Emejota, madre adoptiva, ¡me haces ponerme rojo!
ResponderEliminarGracias por enlazarme, Genín, aunque el mérito es de Reverte.
Para ver la foto del momento que narra Reverte, PINCHEN AQUÍ
(Yo la doy por buena).
Saludos.
Toro:
ResponderEliminarAmén.
Pues van para controlar el país para sus intereses, lo de siempre...
Salud
Felipe:
aSÍ es, tu lo has dicho a la perfección.
mariajesusparadela:
Si por eso la he traido aquí, paro los que no van a ese blog, la conocieran ya que aun está sin publicar.
emejota:
Yo desde que un día aterrizó por aquí y ya le sigo habitualmente, lo recomiendo sin dudarlo.
Salud
Liova:
ResponderEliminarY además yo diría que vivan los buenos y nobles sentimientos.
Besitos
Desclasado:
Gracias a ti por haberlo compartido en su día, y ahora pones la foto que corriendo como un gamo voy a editar antes de verla siquiera.
Salud
La vida de los soldados es mucho más que la izada de la bandera de su país, sin embargo, me gustó la historia.
ResponderEliminarDe Pérez Reverte estoy leyendo en este momento "Territorio Comanche", sobre la guerra de Yugoslavia.Parece que Pérez Reverte es el "escritor de las Guerras"...
Saludos, Genín
Amén.
ResponderEliminarRecordando con respeto a todos los que salen de sus paises por motivos de disturbio y no regresan.,
En nuestro caso los Gorras Azules en mision de paz a lugares conflictivos y...que han fallecido.
Cariños
Yolanda, he leído su entrada de Caracas y le comento por aquí: Caray, qué mal está el asunto, me ha impresionado.
ResponderEliminarSaludos.
Afganistán nos sale muy caro en todos los sentidos. No es desde luego únicamente una misión de paz como tal.
ResponderEliminarMás aún, poco de lo que allí se cuece es bienintencionado.
Y es que Occidente se la juega en ese páramo desértico, aunque parezca contradictorio.
Estratégicamente hablando, poder enchufar bases militares entre Rusia, India, Irán y China, para tenerlos a todos bien vigilados y a tiro de piedra, es el meollo del asunto.
Lo demás son discursos políticamente correctos.
Que si la droga, que si los talibanes... ¡Seguro que sí!
;-)
Salud, Genín.
Yolanda:
ResponderEliminarBueno es que Reverte viene de muchos años de corresponsal de guerra, hasta hacerse escritor de ahí la temática de sus libros.
Lo que conmueve de esta historia, al menos a mi, es el compañerismo y la solidaridad entre soldados de diversos países ante la muerte de compañeros.
Besitos
Abuela:
Si, así es, a todos los caídos independientemente del país que procedan, que descansen en paz.
Besos
Desclasado:
En Caracas hay un muerto cada media hora, así que bastantes mas que en muchas de estas guerras.
Salud
Food:
ResponderEliminarTe me habias escapado.
Desde luego, estoy de acuerdo contigo, pero esta historia de compañerismo y solidaridad entre soldados de diversos países que nos cuenta Reverte a mi me parece muy solidaria y humana.
Salud
Viejito vine mas bien a saludar, vendre otro dia a leer y comentar porque la verdad las historias de guerra no me interesan mucho y menos en el terrible humor que cargo hoy... me siento malita ojala sea senal de la llegada del baby... saludos y buenas noches.
ResponderEliminarEmotivo...He llegado al final con un nudo en la garganta,una historia muy triste pero llega donde debe llegar,descansen en paz,si cabe decirlo gracias por traerlo.Igual para el señor Desclazado.
ResponderEliminarUn abrazo,salud y un beso amigo.
Maie:
ResponderEliminarEsta si te hubiera interesado, lo se, porque es una historia de solidaridad y respeto entre soldados de diversos países ante la muerte de dos de ellos, pero si estás malita, en tu estado debes descansar, ya tendrás tiempo de leerlo cuando te apetezca.
Espero que estés bien enseguida.
Besitos
Anerica:
Si, que en paz descansen y que los espíritus de gente noble, sean del pais que sean,soldados no importa de que ejército, se den solidaridad y calor unos a otros y se hermanen en sentimientos justos.
Besos y salud, amiga.
Estimado Genin,recibe un cordial saludo. Estuve buscando en tu blog un email para escribirte en privado, pero no lo encontré.
ResponderEliminarPor eso lo hago público: En la actualidad estoy realizando una investigación sobre EL USO DE LOS BLOG y me gustaría recibir tu apoyo en el sentido de responder un cuestionrio de preguntas abiertas.
¿Puedo contar con tu colaboración?
Si decides participar, escríbeme a yolfercandelaria@gmail.com para enviarte el cuestionario.
Mil gracias
En esa guerra creo que todos llevan una misma bandera Genín..
ResponderEliminarLa bandera del horror que los hace iguales en todos los aspectos...
Que tristeza... hasta cuando???
Alguna vez terminarán???
Besos cielo, y gracias por darme la bienvenidad de nuevo a casa!!!
Reverte ha sido muchos años corresponsal de guerra y te puede poner los pelos de punta. Preferiría que nadie nos tuviese que contar estas cosas. La guerra, las fronteras, los odios... cuándo se acabarán. Besos y Salud
ResponderEliminarYolanda Fernandez:
ResponderEliminarPara estas horas ya habrás recibido mi correo y sabes que estaré encantado de colaborar contigo.
Besos
Sol:
Si, es cierto lo que dices pero en este articulo que escribe Reverte, yo veo mas la historia de sentimientos de unos profesionales de tan distintas procedencias, al menos a mi es lo que me ha emocionado, sus sentimientos y solidaridad y respeto.
Claro que te doy la bienvenida, es una alegría para mi que estés por aquí de nuevo!
Besitos
Lisa:
Si, pero como le digo mas arriba a Sol, en este caso no se describe la guerra, se cuenta la reacción de unos compañeros de profesión ante la muerte de dos camaradas, el respeto, y demás sentimientos de solidaridad, a mi me ha parecido muy emotivo.
No debiera de haber titulado así la entrada porque echa a mucha gente para atrás creyendo que se habla de guerra, pero ese es el titulo del articulo y yo no soy quien para cambiarlo.
Besos y salud
Ha quedado bien con el añadido de los sentimientos.
ResponderEliminarDesclasado:
ResponderEliminarTa gustao...
Es que en realidad no es una historia de guerra y despista al personal, sobre todo a las amigas que me consta que detestan las historias de guerra y claro ven el titulo y se pierden una historia que a mi me encogió el corazón y casi me afloja una lagrimita...
Bueno, es que soy un sentimental...jajaja
Salud
Reconforta un poquito saber que en medio de tanta muerte aún se pueden salvar la solidaridad y el honor!!
ResponderEliminarBesitos, Genin :)
¡Hola, Genin!
ResponderEliminarNo sabía la existencia de “El desclasado”, cuando tenga lugar he de pasar un rato por allí. A quien sí conozco, por sus obras es a Arturo Pérez Reverte, el del “capitán ala triste”.
Genin, qué narración tan estupenda. Para mí no se trata de una historia de moral, sino de miedo. En medio de tanta muerte, pudieron los soldados de diferentes nacionalidades tener un momento de solidaridad con sus compañeros de infortunio.
Que pases un hermoso fin de semana
Rossy:
ResponderEliminarSi, así es amiga, en medio de ese "pudridero" que dice Reberte, los mejores sentimientos afloran cuando hay compañeros de armas y de infortunio caidos y como por arte de magia se olvidan las naciones las culturas y los diferentes idiomas y surge la solidaridad y la hermandad entre hombres, simplemente eso, pero es muy bonito...
Besitos
Rud:
El blog del "Desclasado" es excepcional como el, no hace mucho que lo descubrí y no me pierdo ni uno solo de sus post, te lo recomiendo de verdad.
Un placer verte por aquí.
Feliz finde para ti.
Besitos y salud
Hola Genín, ninguna historia de guerra es moral y ninguna historia de guerra tiene que ver con la paz! Hoy no voy a opinar, ( ya opiné)
ResponderEliminarsolo darte un gran abrazo y desearte un hermoso fin de semana
Estercita
jo, que historia más bonita, y triste claro. Vengo tocada de ver la sinagoga de Budapest y el cementerio donde están enterrados los judíos, tengo fotos que subiré, me impresionó un montón.
ResponderEliminarHe cambiado la foto en tu honor, estaba dudando en que orden colocarla, ahora me has dado luz, dime si te gusta más así, o estaba mejor abajo.
Gracias wapo, me alegra verte de nuevo. Besets
Pase a saludarte y a desearte un feliz fin de semana, acompañado de un abrazo y un beso porsupuesto.
ResponderEliminarIsabelE:
ResponderEliminarjajajaja Si, ya opinaste, pero estoy de acuerdo contigo, de todas maneras a mi me conmovió la forma de sentir de los soldados y expresar sus sentimientos y solidaridad a sus compañeros de forma tan sencilla pero efectiva.
Besitos
Calma:
Las fotos son estupendas haces muy bien en ponerlas todas.
La foto queda genial arriba, donde está ahora.
Si la historia es triste, si, pero muy emocionante ¿Verdad?
Besitos
PARISINA01:
Que ricos los saluditos y los abrazos con el besito!
Besos y salud
Esto es lo que no debería ocurrir. Que los escritores y periodistas tengan que buscar en la paz para escribir algo.
ResponderEliminarSaludos.
El antifaz:
ResponderEliminarNo se que decirte, es un hecho, para mi emocionante desde el punto de vista de sentimientos, que aconteció y que a muchos nos interesa conocer.
Claro que todas las opiniones son respetables, pero sinceramente no se muy bien que es lo que quieres decir.
Salud
Estoy de acuerdo contigo, es una historia emocionante y muy, muy triste.
ResponderEliminar¡¡No me digas nada!!! ya se que no he aparecido en varios dias, pero que quieres, a veces me cuesta concentrarme jajajajaja.
Un besito
Gtita:
ResponderEliminar¿Donde andabas?
Si, a mi me conmueven estos actos de solidaridad sin que se esperen, no lo puedo evitar.
Besitos y salud
Y lo bien que has hecho en contarla. Besos tía Elsa.
ResponderEliminarAmigo cuanto tiempo!!
ResponderEliminarEstoy contigo es una historia de solidaridad, compañerismo que pasa por arriba de la arrogancia de titulos y posiciones, es respeto a la bandera del pais de los caidos.
Quiza cuando se ha pasado por la parte militar se entiende mejor, pero de todas maneras es muy humana a pesar de lo que la rodea.
Se te quiere.
Gloria
La guerra solo trae muerte para unos y riqueza para otros.
ResponderEliminarAlgunos de los muertos eligen morir, otros quieren vivir y los matan.
Pero todos los muertos y sus familiares pierden.
Tia elsa:
ResponderEliminarMe pareció muy interesante y muy bien escrita, por eso decidí compartirla.
Besos
Gloru:
¡Que gusto volver a saber de ti!
Estabas perdidisima, haber si te dejas ver de vez en cuando!
Si, me parece una historia de compañerismo muy bonita, independiente de las guerras y de las muertes, por eso la he traido.
No te pierdas demasiado que a ti también se te quiere...jajaja
Besitos
Kim:
Si, estoy muy de acuerdo con lo que dices, pero entre tanto, quedan por el camino historias de solidaridad y compañerismo bonitas, como esta.
Besitos y salud
Una historia emotiva y muy bien contada. Resulta sensacional.
ResponderEliminarHola Genín,
ResponderEliminarUna historia trsite de sentimientos encontrados, que nos hace refelxionar sobre la guerra y a mí me hace pensar, en el porqué de las mismas.
Un abrazo grandote desde Venezuela
Laura
AROBOS:
ResponderEliminarSi, Reverte es especialista en este tipo de narraciones, pero en si misma esta historia con los sentimientos que afloraron es conmovedora.
Salud
Laura:
Si bueno, nos podemos explicar el porque de las guerras, pero para mi nunca son justificables, y no hablan demasiado bien de la condición humana, sin embargo esta historia si que habla de buenos sentimientos y solidaridad.
Besitos y salud
La guerra me deja sin palabras.
ResponderEliminarNo sé comentar otra cosa.
Esperaré una sonrisa.
Besos y globos
Me emocionó la historia.
ResponderEliminarLos imagino arriando la bandera con un nudo en la garganta.Como un símbolo de solidaridad.
Ver la imagen sobrecoge.
Una secuencia de guerra donde el sentimiento abrió sus diques.
Este post me hizo recordar una escena que vi en el Consulado de España :Se acercó un señor ensimismado ... acarició nuestra bandera roja y gualda , se arrodilló y luego la besó.Todo en silencio.
Hubiese querido tener mi cámara para captar el instante.
Los sentimientos profundos salen a la luz en el momento menos pensado.
Abrazos , Genín!!
Larisa:
ResponderEliminarYa te saldrán las palabras, sin problemas.
Gracias por la visita.
Besitos
Carmela:
Sobre todo que no esperaban a nadie, ellos solitos querian poner la bandera a media asta es honor a sus compañeros caídos, y de repente van apareciendo en formación los soldados de los demás países, tiene que ser algo emocionante, imagínate si nos emocionamos leyendo, lo que tiene que ser estando allí.
Yo veo esa escena del consulado y me da algo...jajajaja
Besitos y salud
Hola!!!
ResponderEliminarLa guerra no construye nada, sin embargo destruye hasta la voluntad de las personas, como dice la canción:
“solo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente”.
Un abrazo de oso.
Genín, joven amigo, que me he reinventado, ven a verme ;)
ResponderEliminarNo entiendo que hace España allí. un abrazo.
ResponderEliminarComun:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, pero los sentimientos no importa donde ni porqué, surgen, salen a flote y conmueven...
Besitos
Larisa:
jajaja De acuerdo, iré a ver como es tu reinvento...
Besitos:
Fernando:
Ay amigo, yo tampoco!
Salud
La historia tiene alma y eso tratándose de lo que se trata es lo mejor que se puede decir.
ResponderEliminar