¡No somos invisibles!

Ha quedado muy claro el poder de la opinión pública, porque hasta la todopoderosa Iglesia Católica se ha visto obligada a reaccionar ante el clamor mundial por los escándalos destapados a lo largo y ancho del planeta, de abusos sexuales y pederastia que durante tantos años venían encubriendo y aceptando.

El Cardenal Rouco Varela decia : "Deben responder ante Dios y la justicia humana", y lo verdaderamente remarcable es que hablen de que respondan como cualquier hijo de vecino ante la justicia humana, osea que a toda esa cuerda de marranos violadores, pedófilos y abusadores de todo tipo, les retiran la impunidad de que gozaban hasta ahora, sean o no curas, obispos, cardenales, albañiles abogados o palanganeros, si la hacen que la paguen.

La gran mayoria de curas y demás ministros de la Iglesia, no me cabe duda que realizan una buena labor en nuestra sociedad, independientemente de su ministerio, en hospitales organizaciones de caridad, incluso en algunos casos, encomiable, con un merito personal fantástico, sumamente generoso y de sacrificio personal, y lo dice alguien nada sospechoso de ser un meapilas, pero los que delincan, que son una ínfima minoría y manchan a los demás, sobre todo de esa manera asquerosa con nuestros niños inocentes, que los juzguen y a galeras con ellos como mínimo...jajajaja

¡Ya era hora! Estamos de hora buena, al fin, la Iglesia mueve ficha y acepta que los suyos sean juzgados por la justicia civil, claro que de no hacerlo, ha visto las orejas al lobo porque ve como sus adeptos se enfrian y se van separando de su influencia, con lo que su negocio amenaza ruina, pero no seré yo quien haga leña del árbol caído, o mas bien tambaleante, un poco tarde la reacción de la Iglesia, pero mas vale tarde que nunca, ¡Felicitaciones a la Iglesia!

Y la otra cosa que quería señalar muy brevemente, es que como titula esta entrada, no somos invisibles, todos contamos, nuestras opiniones cuentan, por muy humildes que estas sean, por poquito que puedan influir cuando las expresamos en nuestros blogs, o en charlas con nuestros amigos, al sumarlas, se hacen importantes, así que desde luego yo, humildemente, seguiré ejerciendo mi libertad de expresión escribiendo mis opiniones sin temores, sin pestañear, y desde aquí animo a todo el mundo a que aproveche esta maravillosa posibilidad que nos da la tecnología y griten sus ideas sin complejos, sin desmayo, porque está claro que hoy nos consta y sabemos, que no somos invisibles.