Una muerte inesperada

Parece mentira lo blandengue que uno puede llegar a ser, en estos momentos las lágrimas resbalan por mis mejillas, en realidad el llanto me ahoga, me he servido una copa de Rioja y me ha sentado bien, pero igual, sigue mi pecho estrujado y el dolor me embarga, no es solo por esa muerte, sino por todo lo que implica....

Yo quisiera quedarme con la felicidad que irradia Marce en esa fotografía, con su suegro, el dia de su boda, no hace tantos años, pero no puedo obviar reflexionar sobre el sufrimiento de ese hombre en estos días y lo que eso implica.

Y fijaos porque es todo esto, mi querida amiga Marce que había dejado de escribir en su blog, de repente, después de bastante tiempo sin escribir, decide retomar la publicación de sus post, aquellos escritos que con tanta brillantez hacia que un rayito de luz y humor iluminara nuestras vidas, y no exagero, bien lo saben todos nuestros amigos, y me sentí feliz de volver a tenerla entre nosotros.

Al segundo post, el de hoy, el que acabo de leer, nos cuenta que su suegro a los 63 años, creo, acaba de fallecer, y todo lo que dice, y como lo dice, absolutamente todo, me estruja el corazón, hace brotar mis lágrimas, me hace sentir fatal, y confirma mi idea de que estamos muy mal diseñados, muy mal, pero que nada se puede hacer al respecto, y que en ese mal diseño estoy yo y pronto sentiré las consecuencias, no puedo evitar pensar en ello...