Uno quiere, pero... ¿ Le dejan los muertos ?

Todos quisiéramos ser felices, con ese titulo, no me refiero a mis muertos, que también, mas bien a lo muerto, a lo que murió dentro de nosotros, a lo que muere todos los días, reconozco que estoy hecho polvo, dolido por las muertes de los demás, por lo que se nos muere a todos adentro, que me lleva a pensar en la muerte física también, en la mía propia, sin temor, sin anhelarla, pero sin temerla. Se que siempre que leemos un post o cualquier libro o artículo, en el fondo buscamos temas que nos hagan sentir bien por un rato, reírnos, sentirnos felices, les juro, que nada me gustaría mas que lo que escribiera les hiciera felices, al menos sonreír, no tengo ni idea lo que voy a escribir a continuación, de verdad, escribo para estar con ustedes, pero seguro que no va a ser como para brincar de alegría, porque en este instante me siento muy triste, puede que quede ridículo decirlo, pero me da igual, ¿Que es una raya mas para un tigre? Me conformaría con hacerles "sentir" lo que escriba.

Yo mismo estoy muy sorprendido de lo que me ha dolido la muerte de Mario Benedetti, un hombre que hace muy poco entró en mi vida de la mano de Nany, ni siquiera ella lo sabe, no se lo he comentado a ella ni a nadie, hasta ahora, no es que no lo conociera, incluso había leido alguno de sus poemas, sin siquiera fijarme en su nombre, solo sabia que me gustaba lo que leia, pero un día, en el blog de Nany, combinado con una música que me hizo vibrar, estaba el poema, no recuerdo cual, tampoco tengo la necesidad de saberlo, pudo ser cualquiera, porque a partir de ese momento tan poderoso, después de leer su nombre, busqué a Benedetti, primero dentro de mi y felizmente lo encontré, después por Internet, a partir de ese momento hemos estado juntos, diariamente, casi, porque siempre hay un "casi" y un "pero".

Me han hecho tanta compañía y tanto bien sus poemas, fue en un momento de horas bajas, infinitamente bajas, cuando mas lo necesitaba, le estoy muy, muy agradecido, y el no lo sabia.
Ha influido tanto en mi, hemos reído juntos, también llorado y asombrado de los seres humanos, hemos sido casi felices, sentido la misma amargura, recordado el mismo sentimiento de amor inconfesado, las mismas puñaladas de traición, similares amarguras, similares temores, clamado por la muerte y enseguida espantandola con nuestra arma preferida: La alegría de vivir.

Hemos sentido dolor y alegría al mismo tiempo, así de contradictorio, pero cierto, y el no lo sabia, hemos ansiado ver a nuestros amigos y seres queridos llenos de amor y felices, soportado a trancas y barrancas el alejamiento de amigos queridos, estremecido de alegría por la felicidad de otros, de los nuestros, hemos buscado en muchos rostros, los hemos escrutado, buscando anhelantes una sonrisa, un gesto amable, una mirada de cariño, hemos esperado temblorosos que nos hicieran sentir especiales en un sentimiento de amistad, casi lo suplicamos, ambos, aprendimos a sentir el gozo de dar sin esperar nada a cambio, hemos paseado juntos en muchos atardeceres de paz y otros de tristeza, compartido sombras luces , esperanzas y amargura, y todo esto, El, no lo sabia, ahora ya lo sabe, ya lo puede ver todo, es la ventaja de los muertos, de todos los muertos, de nuestros muertos también...

Ahora, los dos estaremos mas vivos y alegres que nunca...

Vivos, si, yo contento de vivir, con lo que tengo, de la gente que me quiere, de los regalos que recibo todos los días, la luz, el aire, el sol, la libertad, el amor, la amistad y el cariño de tanta gente que no piden a cambio, mas, que verme feliz. Agradecido, porque tras la caída, me pude levantar y lo se, y lo hago, y no me asusta volverme a caer porque cien veces que me caiga, cien veces que volveré a levantarme,cueste lo que cueste, cada vez mas, camino ligero o despacio, según me convenga, pero nunca me quedo quieto, solo un instante para descansar y sentirme agradecido a la vida por todo lo que me da, por lo que me dio, por permitirme olvidar las amarguras del pasado, ver la botella medio llena, darme cuenta y sentir lo que viví y lo que vivo, por saber perdonar, por luchar para aprender a dejar que me amen y no cerrar puertas a nada ni a nadie, por esforzarme en entender a la gente y que me comprendan, por esta sensibilidad, que aunque aveces me haga sufrir, es la base de mi alegría de vivir, por poder percibir y disfrutar de las cosas pequeñas de la vida, por aceptarme como soy. POR TENERLOS A USTEDES...

Y tu, Mario, seguirás vivo, pasearemos juntos, recordaremos tus poemas, como este que encendió mi alarma cuando me di cuenta de que me quería erróneamente salvar, o el que le sigue, gracias, dentro de mi, vivirás siempre.

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino

y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

Mario Benedetti
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Y otro poema, cuya letra es tan reveladora:

NO TE RINDAS -

No te rindas, aún estás a tiempo

De alcanzar y comenzar de nuevo,

Aceptar tus sombras,

Enterrar tus miedos,

Liberar el lastre,

Retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,

Continuar el viaje,

Perseguir tus sueños,

Destrabar el tiempo,

Correr los escombros,

Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme,

Aunque el miedo muerda,

Aunque el sol se esconda,

Y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma

Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo

Porque lo has querido y porque te quiero

Porque existe el vino y el amor, es cierto.

Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,

Quitar los cerrojos,

Abandonar las murallas que te protegieron,

Vivir la vida y aceptar el reto,

Recuperar la risa,

Ensayar un canto,

Bajar la guardia y extender las manos

Desplegar las alas

E intentar de nuevo,

Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme,

Aunque el miedo muerda,

Aunque el sol se ponga y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma,

Aún hay vida en tus sueños

Porque cada día es un comienzo nuevo,

Porque esta es la hora y el mejor momento.

Porque no estás solo, porque yo te quiero.

MARIO BENEDETTI